Hoy traemos al blog de FloraQueen un post muy especial con tres relatos románticos ideales para leer ahora que se acerca San Valentín. Se trata de tres historias cortas, algunas con tintes mitológicos, otras totalmente verídicas, que te llegarán al corazón. Así que, acomódate en el sofá porque estamos casi seguros de que nunca has oído hablar de estas historias de amor. ¡Descúbrelas!

1. Kupe y Kura-maro-tini – Leyenda maorí

Cuentan las leyendas de los maoríes, los primeros pobladores de Nueva Zelanda, que Kupe era un jefe guerrero de Hawaiki. Esta era la antigua tierra madre de donde procedían todos los maoríes, un conjunto de pequeñas islas de la Polinesia. Y este gran jefe tribal, Kupe, tuvo mucho que ver en el descubrimiento de Nueva Zelanda.

Pero, vayamos a lo que nos interesa, además de ser guerrero y gran pescador, Kupe envidiaba profundamente a su primo, Hoturapa, por estar casado con la más bella de las mujeres maoríes de la tribu, Kura-maro-tini. Tan grandes eran sus celos que, durante una jornada de pesca, Kupe dejó que su primo se ahogara en el mar para así poder raptar a su esposa Kura.

maorí

Como sabía que la tribu no aceptaría lo que había hecho, Kupe se embarcó con Kura en su enorme canoa en busca de un nuevo hogar para ambos. En mitad del océano se enfrentaron a demonios y bestias marinas, como el conocido Te Wheke-a-Muturangi, un monstruoso pulpo gigante que zarandeó la canoa con sus enormes tentáculos.

Hasta que un día, Kura-maro-tini avistó a lo lejos una gran nube blanca y, al acercarse a ella, vieron que se trataba en realidad de tierra firme. En efecto, juntos descubrieron Nueva Zelanda y Kura la llamó Aotearoa, que en maorí significa “nube blanca”, por su primera visión de su nuevo hogar.

Años más tarde, la pareja de pioneros regresó a su original Hawaiki para convencer a su antigua tribu de que emigraran a Aotearoa. Y así fue como los maoríes poblaron Nueva Zelanda sobre el año 900 A.C., mucho antes que miles de europeos llegaran a apoderarse del país.

2. Osiris e Isis – Mito egipcio

¿Te gusta la mitología y los dioses egipcios? Pues bien, uno de los mitos más famosos del antiguo Egipto es el de Osiris e Isis. Todo empezó con la diosa del cielo, Nut, y el dios de la Tierra, Geb, quienes tuvieron cuatro hijos gemelos entre sí, por un lado Osiris e Isis y, por el otro, Set y Neftis, que se casaron entre ellos respectivamente. Isis y Osiris fueron unos de los primeros reyes de Egipto y gobernaron el país con gran prosperidad y admiración de sus súbditos.

Celoso por el reinado de su hermano Osiris, Set planeó acabar con él y para ello mandó construir un lujoso sarcófago donde encerró a su hermano y lo tiró a las aguas del Nilo. Desesperada por haber perdido a su esposo y gran amor, Isis recorrió todo el río hasta llegar a la ciudad de Busto, donde había un árbol de cedro que había envuelto el cofre donde yacía sin vida Osiris. La diosa, feliz de haberse reencontrado con su amor, concibió al hijo de ambos, Horus y decidió regresar a su hogar para enterrar dignamente a su marido. Sin embargo, Set la descubrió y descuartizó el cuerpo de Osiris en catorce trozos que repartió por todo Egipto.

osiris e isis

Isis, incansable para recuperar de nuevo a su amado, recorrió todo el país y logró recomponer su cuerpo. Para entonces, el joven Horus decidió enfrentarse a su malvado tío Set para vengar la muerte de su padre. En la batalla perdió el ojo izquierdo y lo puso como ofrenda delante de la momia de Osiris quien, gracias a este gesto, resucitó a la vida eterna, convirtiéndose en dios del Inframundo y rey de los muertos renacidos. Allí por fin pudo reunirse de nuevo con su amada Isis.

3. Shah Jahan y Mumtaz Mahal – INDIA

Esta bonita historia de amor nos transporta hasta la India, sobre el año 1607, cuando el Príncipe Imperial Yurram paseaba por el bazar de Agra, antigua capital del país. Entre el trajín del mercado se encontró a la hija del primer ministro de la corte, la princesa Arjumand Banu Begum. Esta cautivó su corazón a primera vista y el príncipe le regaló el collar de diamantes que ella se estaba probando en un puesto del bazar.

Aunque de haber sido por el príncipe, se hubiese casado con ella al instante, sus obligaciones como futuro gobernante del país le impedían contraer matrimonio con alguien inferior a su rango y tuvo que casarse con la princesa de Persia. Sin embargo, nunca olvidó a aquella joven del bazar y, ya que la imperante ley musulmana permitía la poligamia, cinco años después ella se convirtió en su cuarta esposa. Al casarse, la princesa fue renombrada como Mumtaz Mahal, que significa “la elegida del palacio”. Poco después, el príncipe fue coronado rey del mundo y rebautizado como Shah Jahan.

taj mahal

Su matrimonio estuvo lleno de felicidad durante diecinueve años, pero en 1631 Mumtaz murió repentinamente al dar a luz al decimocuarto hijo de ambos. Antes de morir, le hizo cuatro peticiones a su amado: construir una tumba para ella, volver a casarse, cuidar de sus hijos e ir a visitarla cada año en el aniversario de su muerte.

Arrasado por el dolor, el rey se centró en una sola cosa: construir la tumba más hermosa del mundo que simbolizara su amor por Mumtaz Mahal durante el resto de los siglos. Durante veintidós años, más de veinte-mil obreros participaron en la obra y se trajeron materiales preciosos de todo el mundo para rendir homenaje a su amada. Por fin, al terminarla, la llamó Taj Mahal, que muchos traducen por “Palacio de la Corona”, pero otros atribuyen a una abreviación del nombre Mumtaz Mahal. Sea como sea, el rey Shah Jahan murió a los 74 años habiendo cumplido la primera promesa, la construcción de esta joya arquitectónica, que ha llegado a nuestros días como una de las siete maravillas del mundo y símbolo de un amor verdadero que permanecerá eternamente.

¿Qué te han parecido nuestras tres historias de amor? ¿Las conocías? ¿Cuál ha sido tu favorita? Si estos relatos te han enternecido y aún no tienes el regalo de San Valentín perfecto, te damos una idea: escribir vuestra historia de amor en formato breve y con tu estilo personal, ¡la sorpresa más romántica! ¿Te animas?