Puede que tengas la sensación de que añadir flores comestibles a las recetas es una idea innovadora y poco común, pero no es así en absoluto. En realidad, complementar los platos con flores es una tradición milenaria, se remonta a la época de las civilizaciones griegas y romanas y ha perdurado hasta la actualidad. Sin duda, puedes tener la tranquilidad de que el uso de las flores en la cocina no es una moda pasajera.
¿Cómo sacar provecho de las flores en la cocina?
Existe un gran abanico de posibilidades, por ejemplo, esparcir flores comestibles por encima de una ensalada para darle un toque de color y sabor; añadirlas en aceites aromatizados y vinagretas; preparar postres exquisitos con flores; servir flores confitadas para decorar pasteles; llenar con flores los cuencos para cubitos de hielo en el momento de servir un sorbete o incluso preparar cubitos de hielo con una flor en el interior para dar un toque de fantasía a las bebidas. Elijas lo que elijas, si utilizas flores en tus creaciones culinarias ¡seguro que impresionarás a tus invitados!
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Para despertar tu vena creativa, aquí tienes algunos ejemplos de flores comestibles que puedes utilizar:
– Flores de calabacín: ideales para rellenarlas con queso de cabra y ricotta y luego freírlas, son un aperitivo muy sabroso.
– Capuchina: por su sabor intenso que recuerda a la pimienta, y sin duda por su color de gran viveza, es una flor ideal para añadir en las ensaladas.
– Lavanda: especialmente indicada para aromatizar los platos dulces, desde muses y galletas hasta siropes.
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¿A qué esperas? ¡Anímate y llena tus recetas culinarias con la belleza y el sabor de las flores!