Aunque las flores nos recuerden a días bonitos, alegres y con fragancias agradables es cierto que también se usan en momentos tristes como es el caso de los velatorios y funerales.
Si alguna vez hemos tenido que acudir a alguno seguro que habremos visto como el cuerpo del difunto descansa junto a varios ramos o coronas de flores que se alejan bastante del color negro típico del luto (normalmente se suelen escoger flores blancas que significan pureza o un surtido de colores que intente calmar la tristeza de los allí presentes).
Ahora bien, aunque enviar flores a los familiares de un difunto o ponerlas en la lápida de un ser querido cuando éste ha fallecido hace años es una tradición que perdura durante los años, ¿tiene un origen exacto?. Exponemos algunas de las teorías que se siguen en nuestra sociedad:
– Disimular el mal olor: La teoría más fuerte es la que dice que desde hace años se piensa que con las flores se disimula el olor que el difunto puede desprender (no hay que olvidar que su cuerpo se puede empezar a descomponer y que además emite gases incluso horas después de la muerte).
– Ofrenda: Otros tantos piensan que las floressirven como ofrenda a los difuntos, para que de esta forma puedan descansar en paz y felices y olviden todas las tristezas y enfados que han dejado en vida.
– Tener un detalle con la familia: Si el difunto no es muy allegado se suele enviar un pequeño ramo en señal de condolencia y apoyo a los seres queridos. Es cierto que las flores no pueden calmar el dolor pero si demostrar que estamos al lado de ellos.
– Como excusa para visitar al difunto: Muchos nichos están adornados con bonitas flores (que ya sean naturales o artificiales) dan un poco de color al espacio. Muchas personas “utilizan” esta excusa para poder acercarse hasta la tumba de su difunto y pasar un rato pensando en él o hablándole.
– Por decorar: Muchas personas sienten miedo o pánico a la hora de ver a un difunto tras una cristalera, pero sin embargo, si éste está acompañado con bonitas flores parece que el impacto visual no es tan alto.
Lo cierto es que las flores no harán que el difunto vuelva con sus familiares y amigos, pero cada uno despide a sus seres queridos como quiere, y si adornando su nicho o sala de velatorio con ramos y coronas se siente mejor no hay porque discutir su acción, simplemente apoyarle y decirle lo bonitas que son.