No, no es un invento de los grandes almacenes como muchos aseguran cada día de San Valentín para ponerse excusas y no cumplir con el amor regalando flores.
Su origen se remonta nada menos que a la época del Imperio Romano y, aunque es una celebración de tradición anglosajona, se ha ido implantado poco a poco y con fuerza en todo el planeta. Desde el continente americano a Europa, pasando por China o Japón, el 14 de febrero se celebra el día de los enamorados en algunos países y en otros el día del amor y la amistad.
Hacia el año 270, el sacerdote Valentín desafió al emperador Claudio II cuando se saltó la prohibición de celebrar matrimonios entre los soldados profesionales, al considerar que los decretos de Roma eran tremendamente injustos e iban en contra de la libertad de amar a Dios y al prójimo. Y es que el emperador manifestó bajo un edicto que los solteros tenían menos ataduras para ir a la guerra y eran mejores soldados al no tener cargas familiares.
Valentín decidió casar a las parejas jóvenes en secreto y bajo el ritual cristiano en una época en la que el cristianismo era perseguido por los romanos, así que pese a la popularidad que alcanzó el sacerdote en la ciudad por este motivo, fue detenido para explicarse ante el emperador. En un principio éste consideró abrazar la nueva doctrina, pero finalmente fue convencido por el gobernador de Roma y Valentín fue procesado, condenado y finalmente murió degollado el 14 de febrero.
Cuenta la leyenda que antes de su muerte obró un milagro y devolvió la vista a la hija ciega de su carcelero. Unos cuentan que lo hizo porque el padre se burló de la doctrina cristiana y Valentín le quiso demostrar así el poder de Dios. Otros que fue porque cayó enamorado de la muchacha, de nombre Julia, a quien la víspera de su ejecución escribió una tarjeta de amor firmada “Tu Valentín”. Se dice que de ahí surge la tradición de escribir y firmar de esta manera las tarjetas postales del Día de los Enamorados. En agradecimiento al Santo, ella plantó un almendro de flores rosadas sobre su tumba, árbol que desde entonces se ha convertido en símbolo del amor y la amistad. Y ahí se inició la tradición de regalar flores en la fecha que nombra este santo.
¿San Valentín está en España?
Aunque el santo no permaneció eternamente en su tumba, varias son las iglesias católicas que afirman tener los restos del patrón de los enamorados. Por ejemplo, la Basílica de San Valentín en la ciudad italiana de Terni, donde cada 14 de febrero las parejas que quieren casarse al año siguiente celebran un acto de compromiso, y las que ya lo están confirman su amor ante el santo. Pero también mucho más cerca, en la Iglesia de San Antón en Madrid, donde existe un relicario con una calavera, dos fémures y algunos huesos que aseguran fueron un regalo del Papa de Roma en el siglo XVIII al rey Carlos IV, o en la Colegiata de Toro en Zamora donde dicen conservar su cráneo desde el siglo XVI.
